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Mostrando entradas de 2025

No, no todo es político y tampoco tiene el deber de serlo

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El otro día participé en los comentarios de un video de YouTube que afirmaba que toda novela de ficción es, en el fondo, política; es decir, que toda obra literaria debe ser funcional a una causa social. La autora del video, convencida frente a la cámara, sostenía que todo aspecto de la vida es esencialmente político y que no existe rincón alguno de la experiencia humana que no pueda ser colonizado por la lucha partidaria. La idea me pareció monstruosa —y aún me lo parece—, así que, casi sin darme cuenta y movida por la indignación, pasé dos o tres horas tecleando con pasión y discutiendo. Antes solía enfrascarme más seguido en debates que no valen la pena, pero esta vez no estuvo tan mal: creo que logré hilar unas ideas medianamente provechosas, a pesar de que no soy una erudita en nada y tampoco pretendo serlo, pero aun así pensé que podría ser interesante compartirlas: No, no todo es político. Todo puede politizarse, que es muy diferente. ¿Qué es la política, después de todo, sino l...

De la vez que el Coronavirus me quitó el olfato y luego lo recuperé

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        Fue recién un año y medio después de iniciado el brote del coronavirus que enfermé. Empecé a sospecharlo una mañana en que desperté con cierta congestión nasal y, al sentarme a desayunar, descubrí que no podía percibir el aroma del café; incluso mi pan con jamonada me supo desabrido, aunque al principio lo atribuí a que quizá estaba un poco rancio. Conforme avanzaron las horas y se manifestaron más síntomas, se hizo evidente que estaba muy enferma. Pasé dos o tres días enteros padeciendo: estaba molida y me dolían todas las articulaciones y músculos como si hubiera regresado de correr una maratón; mi cuerpo me pesaba como plomo y la fiebre me abatía. De todos modos, cumplí con mis obligaciones y me dediqué mecánicamente a la confección de un pedido. No sé de dónde sacaba fuerzas: era como si la poca energía vital que me quedaba se aferrara a esa tarea anodina y repetitiva para asegurarse de mantenerme viva, como una débil llamita que se resiste a apagarse. Es...

La farsa del ermitaño digital

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Los orígenes La figura del ermitaño digital probablemente sea el ícono desapercibido de nuestro tiempo. Su aparición tuvo lugar en Japón hacia finales del siglo XX y los albores del XXI, como un fenómeno social cuyos miembros fueron bautizados con el nombre de hikikomoris. Gran parte de la preocupación que suscitaba entonces el problema residía en su improductividad económica, vista como un factor desestabilizador del tejido social: jóvenes en confinamiento voluntario que se apartaban del sistema, desertando del estudio y del trabajo. Para las familias de los afectados significaba un drama íntimo, oculto entre la vergüenza y la preocupación por el destino incierto de los hijos. En un sistema tan competitivo y opresivo como el japonés, esa renuncia equivalía a una suerte de muerte social. Pero, a gran escala, la principal amenaza de este fenómeno consistía en su influencia insidiosa sobre el porvenir de la juventud: la posibilidad de que, de extenderse demasiado, echara a perder a una g...

Mi primera experiencia mística o cómo rozar la trascendencia por sobrepensar

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Tenía veinticuatro años cuando me obsesioné con la cuestión de la conciencia. Impulsada por una curiosidad casi maniática me sumergí de lleno en investigar por mi cuenta. Indagaba en Internet acerca de la mente inconsciente desde la perspectiva de las neurociencias, la psicología, la filosofía y hasta la teología. Como si cada disciplina fuese una posibilidad que no podía dejar pasar. Pasaba muchas horas del día descargando textos en PDF y leyéndolos con avidez, miraba cantidad de documentales y llenaba de apuntes varias hojas de un cuaderno. Por las noches pensaba en voz alta mientras caminaba en círculos en mi habitación y finalmente, acostada antes de dormir, en silencio les daba vueltas a las ideas antes de conciliar el sueño. La Verdad, solamente quería la Verdad. Para ser franca, con el tiempo he olvidado gran parte de los términos científicos y demás tecnicismos de esa información recolectada. Por no decir que prácticamente ya no me acuerdo de nada. Bueno, tal vez sí recuerde al...