Orgullosa de ser asexual/ La liberadora verdad acerca de mi asexualidad



Artículo original en inglés por LaToya Lawrence. Una mujer asexual arromántica muy directa y crítica respecto a lo que observa en la sociedad humana. Siendo yo una asexual que se ha enamorado me dio una buena lección en otro artículo suyo sobre los dramas amorosos.


Yo era una niña muy linda que estaba creciendo. Y los chicos siempre se sentían atraídos por mí, lo cual me molestó siempre.

Mientras que yo encontraba el comportamiento del sexo opuesto bastante odioso, la mayoría de mujeres disfrutaba de la atención. 

Empezaba la década de los ochentas cuando varios de los chicos de mi barrio comenzaron a tener relaciones sexuales a una edad muy temprana.


Una de las niñas más jóvenes de la que tuve noticia en ese tiempo tenía unos ocho años. El niño con el cual ella había tenía sexo tendría diez u once años.

Ambos vivían en la misma calle en la que yo, ninguno de sus padres era un buen ejemplo de lo que una madre o un padre deberían haber sido.

Cualquier cosa de naturaleza sexual era lo último que se me cruzaría por la mente. Yo era una niña muy feliz disfrutando de mi vida, jugando con mis muñecas Barbie y amando al cachorro que tenía.

Tuve una muy buena madre que se encargó de mí y que me brindó su amor indivisible y cuidado. Nunca salí en busca de amor, afecto o atención. No tenía por qué hacerlo. Yo era una joven muy segura.

Si me hubiera hecho falta el amor y la atención que todo niño debe tener y que todo niño merece por parte de sus padres; sin duda no lo habría buscado abriéndole mis piernas a cualquier joven o viejo que se me hubiera cruzado. Eso habría sido totalmente absurdo en mi opinión.

Al hacerme mayor y entrar en los últimos años de la adolescencia, seguía encontrando la conducta amorosa de los hombres a mi alrededor odiosa. Todo lo que sabía era que no estaba en lo más mínimo atraída o interesada en ninguno de ellos y sólo deseaba que todos ellos se fueran y me dejaran en paz.

Desde la edad de quince años sabía que era asexual. Y estaba muy orgullosa y de ninguna manera avergonzada. Para mí, ser asexual era tan normal y natural como respirar. No sabía nada más.

No tengo ningún deseo de tener relaciones sexuales con un hombre. Ni siquiera quiero besar a uno.


Había gente de mi entorno en aquel momento que nunca habían oído hablar del término "asexual". Cuando les decía a las personas que no estaba interesada en los hombres, ellos asumían o especulaban de inmediato que algo negativo me había sucedido en la vida.


Creían que tal vez yo había atravesado una mala relación o había visto a otras personas atravesar malas relaciones románticas. Ninguna de las conclusiones a las que llegaron estuvo más lejos de la verdad.


Otra gran idea errónea que ciertas personas tenían de mí, era que pensaban que podrían "cambiarme" o "arreglarme". ¿Arreglarme qué? No había nada en mí que estuviera mal o defectuoso. En todo caso, yo estaba muy bien construida y perfecta.


No podía entender por qué la gente le daba tanta importancia a sus encuentros románticos, los lugares de interés que compartían y la forma en que se hallaban más que listos para comenzar una relación inmediatamente después de terminar con una y luego comenzar otra y así sucesivamente. 


Mientras los demás se emparejaban siempre me quedé feliz sola. Terminaba enferma y cansada de escuchar lo que estaba pasando con éste y el otro novio o con la novia. No quería escuchar esa porquería. No estaba involucrada para nada en ese drama loco y ridículo. Así que, ¿qué hacía metida en medio de todo eso?


Me tenía sin cuidado quién estaba engañando a quién. ¿Y cómo lo hizo, con quién lo hizo y por qué lo hizo? Por favor, esta gente tenía que conseguirse una vida real. En cambio yo sí que tenía una: una vida que no estaba llena de un montón de tonterías sin sentido.


Como asexual, sin embargo, no represento el total de las actitudes que cada asexual o asexuales tienen. Nunca generalizo a nadie porque todos somos muy diferentes, tenemos personalidades únicas, y nuestras propias preferencias y opiniones.


No obstante, los asexuales compartimos un rasgo en común: carecemos de interés y atracción sexual hacia otras personas, independientemente del género que esta persona tenga. La asexualidad no es una forma de lesbianismo, homosexualidad o bisexualidad. Asexual significa "sin" sexualidad.


Personalmente nunca entenderé por qué una mujer querría dejar que un hombre empuje sus genitales en el interior de ella. Es tan indeseable y poco natural para mí que no puedo procesarlo.


Sé que la mayoría de gente heterosexual y sexualmente activa calificaría mi actitud y forma de pensar como extraña e insana. Sobre todo porque la cópula sexual fue diseñada por su Dios como el método natural que tienen un hombre y una mujer para procrear.

La religión no jugó un papel en mi asexualidad. De hecho, practico el culto ancestral yoruba (África) y el orisha, pero esa es otra historia.


Mi propia espiritualidad es compatible innatamente con qué y quién soy sin embargo. Mi asexualidad es uno de los atributos más importantes de mi identidad. Una identidad que mi espiritualidad y yo abrazamos con entusiasmo. El fundamento de mi espiritualidad se basa en la verdad, el conocimiento, el amor y el respeto.

Si uno no posee amor verdadero, respeto ni autoconocimiento, no habrá fuerza ni propósito profundamente arraigado en su interior.

Estoy liberada a través de mi asexualidad y mi espiritualidad: los dos aspectos más bellos de mi vida. Creo en la libre expresión y en la honestidad, en un ser verdadero y en la fidelidad a uno mismo.

Las personas asexuales varían ampliamente en su pensamiento, ya que cada una cuenta con su propia experiencia. Y algunas personas que se consideran e identifican como asexuales también varían ampliamente.

A pesar de que la mayoría de asexuales no buscan relaciones sexuales, muchos de ellos están en busca de compañía.

La intimidad no siempre se trata del acto sexual. Hay asexuales que solo quieren tener una relación íntima, amorosa y sin sexo que se centra en una amistad romántica. Hacen todo lo que una novia y un novio harían excepto mantener sexo. Comparten entre sí intereses, crían niños juntos y demás.

Algunas personas asexuales tienen relaciones sexuales con su pareja si quieren complacerle o si quieren tener hijos. Todo depende de la situación y las circunstancias.

Hay algunos asexuales que afirman haber tenido intereses sexuales y haberse relacionado sexualmente en algún momento de su vida.

Y también están los que son como yo, que nunca he tenido ningún interés, impulso sexual o atracción por el sexo.

Alguna vez consideré la posibilidad de tener un hijo. Duramente mi adolescencia la maternidad no estaba en los planes para mi vida adulta. Sin embargo, me dije a mi misma que si lo hacía, me gustaría recurrir a un banco de esperma si podía darme el lujo o acabaría encontrando un hombre que estuviese interesado en mí y solo lo utilizaría por su esperma para luego volver a mis asuntos.

Cuando de hecho me convertí en una mujer hecha y derecha cambié de opinión acerca de tener hijos. Decidí que estaba lista y que intentaría concebir. Pero no funcionó como lo había planeado y al final sin duda fue lo mejor.

No podía permitirme el banco de esperma en ese momento de mi vida. Y los hombres a mi alrededor no valían nada. No eran atractivos ni mental ni físicamente. Eran indeseables. Así que en definitiva no quería ni necesitaba un niño corriendo por ahí que fuera un recuerdo constante de cualquiera de ellos.


El pensar acerca de la maternidad, de tener mis propios hijos, era un deseo femenino natural. Después de todo desde que las mujeres somos bebés ya venimos al mundo con cientos de miles de óvulos destinados a la reproducción.

Y esa es la razón por la cual ovulamos preparándonos para una posible concepción. Entonces sangramos (tenemos nuestra menstruación) al descartar un óvulo no fertilizado, para otra vez prepararnos para un posible embarazo.


Así que no hay necesidad de que explique mis razones. Para una mujer querer tener un hijo es completamente natural, mucho más natural que la llamada cópula.

Si yo hubiera tomado la decisión de tener un hijo fuera del matrimonio y criarlo sin una figura paterna hubiera sido solo para mi beneficio egoísta. Y no tengo disculpas.
Como un ser humano asexual en este planeta la vida para mí es grandiosa. No estaría dispuesta a vivir de ninguna otra forma.

Lo único que realmente me hace falta en este momento de mi vida es un par de mascotas. Siempre he adorado la compañía de un cachorro o de un perro. Estoy planeando adoptar tres cachorros para compartir con ellos mi casa en el futuro. Y ellos tres serán mis bebés.

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