¡Salve, ave Fantine, salve, prostituta santa!

Anne Hathaway como Fantine en la película Los Miserables de 2012
Fantine, personaje creado por Victor Hugo, es uno de aquellos que fascinan, que encandilan y que conmueven hasta los huesos a todo aquel ser humano de alma sensible.
Fantine, la muchacha humilde y soñadora que deslumbrada por el primer amor, seducida por un joven rico, se entregaría enamorada para luego ser desechada y abandonada al quedar embarazada.
Fantine, que posteriormente sería repudiada por una sociedad injusta y cruel que la empujaría a convertirse en una lacra.
Fantine, la madre abnegada, por cuyo infinito amor es capaz de descender a los infiernos sacrificando su cuerpo y su dignidad con tal de alimentar a su hija.
Ella puede ser tomada como símbolo de múltiples cuestiones:
Desde el punto de vista moral es la representación de la profunda compasión por el sufrimiento humano y ejemplo indignante de la injusticia y la indiferencia de sus semejantes.
Desde el punto de vista filosófico es un modelo de estoicismo.
Desde el punto de vista cristiano es la santidad misma obtenida a través del sacrificio por amor y el martirio físico, su condición de prostituta es lo de menos, purificado su cuerpo a través de una motivación trascendente libre de todo egoísmo que la eleva sobre la inmundicia a su alrededor. La maternidad dolorosa de Fantine es equiparable a la de la Virgen María, ambas madres por antonomasia de vida consagrada al fruto de su vientre. Pero también su sufrimiento es comparable al de Jesucristo, cuyo cuerpo puede ser sometido a múltiples vejaciones, a las más degradantes humillaciones sin ser contaminada su alma, permaneciendo en todo momento con el espíritu incólume.
Desde el punto de vista ateo y crítico lo que en realidad hace Victor Hugo es castigar a Fantine por haber mantenido sexo premarital, entonces toda desgracia posterior de la que sería víctima la pobre mujer sería perfectamente justificada por sus actos anteriores. El justo castigo divino que se ha de padecer por sus pecados y que Dios implacable e inmisericorde no perdonaría haciéndola vivir el Infierno en la Tierra. “¡Qué desgracia conlleva un pecado de la carne! En materia de sexo, la moralidad de Los Miserables fusiona perfectamente con la interpretación más intolerante y puritana de la moralidad católica” argumenta Mario Vargas Llosa.

Desde el punto de vista político-social, Fantine es sobre todo víctima del sistema y lo que hace Victor Hugo es principalmente una crítica a su nación, la Francia del siglo XIX, que se debate entre la democracia y la dictadura arrastrando todavía los vicios de la monarquía: desigualdad y corrupción, que después comprendería la gente que son los vicios de cualquier sistema político. Según John Andrew Frey ella es “un ejemplo de cómo las mujeres del proletariado eran maltratadas en el siglo diecinueve en Francia”.

Desde el punto de vista feminista, Fantine es indiscutiblemente víctima del machismo y el patriarcado durante una época en que se veía a la mujer como ciudadano de segunda categoría, como objeto de propiedad en lugar de como persona. Al no tener un hombre a su lado que la solventara, que la protegiera y que le brindase honor al hacerla su señora, su condición de madre soltera la perjudicaba muchísimo más que de lo que podría haberlo hecho si viviera en la actualidad. Pero Fantine es también el arquetipo de la mujer que se hace autosuficiente (así sea a fuerza de las circunstancias) al luchar por su independencia y al convertirse en única proveedora de su prole.


Para los sentimentales, Fantine es objeto para la catarsis. El dolor que ella transmite les ayuda a expresar su propio dolor personal, a sentir el de ella como suyo y a liberarse. Un acto de propiedades sanadoras, bajo la mezquina y aliviadora certeza de que afortunadamente su desgracia no es la suya y no la están viviendo en carne propia. Ah, el secreto goce del dolor ajeno. Aprenderán a valorar su suerte al percatarse de lo pequeñas que son sus desdichas en comparación con las de ella.
Fantine transmite una piedad seductora y su sufrimiento es adorable tal y como lo describe Oscar Wilde: “por ejemplo tras la lectura de la escena de la extracción de los dientes incisivos correríamos a besar la boca sangrante de Fantine”.
Y así podríamos continuar la lista concluyendo finalmente que Fantine es un ícono de la humanidad y su condición innata.
Pero me quedo con el fragmento de Eugene V. Debs en su ensayo “Fantine in our Day”, que sintetiza mejor la esencia de la pasión dolorosa de Fantine.

“El mismo nombre de Fantine, la alegre, la candorosa, la chica de confianza, la inocente, la traicionada, madre joven sacrificada, despojada, desaliñada, perseguida y mártir santa maternidad, al infinito amor por su hija, afectada por las lágrimas y perseguida por los recuerdos como un sueño melancólico... Fantine —niña de la pobreza y el hambre— la chica arruinada, la mujer abandonada, la prostituta perseguida, que ha mantenido hasta la misma hora de su trágica muerte casta como una virgen, limpia como una santa en el santuario sagrado de su propia alma pura e inmaculada. La breve, amarga y maldita vida de Fantine resume la historia horrible de la perseguida y condenada Fantine que pertenece a la sociedad moderna de cada país en cristiandad”.
Perdónanos, Fantine, perdónanos por ser lo que somos.


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