Sobre la influencia del Aria de Bach y la creación musical

La expresión melancólica del músico flaco es épica x3

Navegando por Youtube me tope con este video musical. Esta versión es más que la fusión de dos melodías: es una mimesis, una simbiosis perfecta, en donde se reconocen por instantes los acordes característicos de cada pieza, pero a la vez sus similitudes se acoplan de una manera armoniosa, sin transiciones abruptas sino como una misma melodía que fluye limpia, suave y absoluta. Se siente la expresión pura del tema como si fuera único desde su origen, como si siempre hubiera sido.

Podría explicarlo como si “A whiter Shade of Pale” fuera una canción concebida en el Aria de Bach, pero nacida de alguno de sus posibles caminos, de un rumbo diferente de la línea de la melodía de Bach. Es decir, tiene su esencia en el Aria, pero transita y fluye por otros derroteros, toma otro itinerario sin perder su naturaleza y su sabor inconfundible a Bach.

Este sí que es un video extraño. Creo que se 
habían fumado algo verde. Oh, amor y paz xD
No sé si me deje entender... No sé tocar ningún instrumento y mucho menos sé de teoría y apreciación musical. Pero cualquiera puede comprobar lo que intento explicar realizando el siguiente ejercicio:
Intente usted crear una melodía original, sé lo complicado que es y para las personas corrientes que no poseemos talento musical es aún más difícil, sin embargo a veces tenemos la fortuna que en situaciones cotidianas: caminando por la calle, acostados en la cama antes de conciliar el sueño, realizando actividades domésticas e inclusive en la intimidad del baño sufrimos una iluminación, un rayo de luz desciende sobre nosotros, la bendita inspiración y creamos un pequeño fragmento musical único, excepcional de nuestra propia autoría. Entonces nos sentimos tan geniales, tan alegres y tarareamos y tarareamos y cómo no sabemos escribir música casi siempre lo olvidamos y el momento de genialidad se pierde para siempre. Es curioso que precisamente una de las cosas más difíciles de retener en la memoria sea nuestra propia creación. De todas formas la mayoría de las veces era una melodía simple, sin mucho valor estético ni innovador. Pero a veces si creemos haber creado algo hermoso y superlativo. Dios, qué coraje da.

Una partitura: es manuscrita claro y es de Bach :v

Me he desviado del asunto. El punto era que al momento de crear música uno siente una especie de “fuerza” que hace que la línea de la melodía fluya como si tuviera existencia propia, como si fuera un organismo vivo. La seguimos pero luego uno llega a una especie de laberinto de múltiples senderos y es cuando entra a tallar el libre albedrío. Podemos tomar un sendero sin salida (no tenemos idea de cómo continuar), podemos tomar un sendero conocido pero ya transitado (es decir nos vamos por una melodía ya existente) o podemos tener suerte y dar con el camino al paraíso, a la salida del laberinto (esta vendría a ser el “alumbramiento” del tema original). Eso sin contar el esfuerzo, las múltiples correcciones y mejoras que deben hacer los compositores profesionales.

Comparar la creación musical con la creación literaria sería también interesante. Se pueden establecer muchas similitudes, diferencias y paralelismos. Me tomaría mucho tiempo ahora sintiéndome agotada como estoy, disertar sobre todo y terminaría quizás con un gran dolor de cabeza y cayendo en contradicciones y redundancias al estilo Benedetto Croce.

No estoy completamente segura si logre explicarme bien. En fin…


Por otra parte, otro cosa interesante es que había leído anteriormente que el “Aria de la Suite No 3”, también conocida como “Aria para la cuerda de Sol” de Bach había ido inspirado a la canción “A whiter Shade of Pale” y que posteriormente, esta última había inspirado a la composición de la controvertida “Je t'aime moi non plus” de Serge Gainsbourg. Pero a decir verdad, nunca había podido notar la similitud de estas dos, hasta ahora que escuché la expresión pura de este tema con los violines y reconocí al momento entre los segundos 0:24 al 0:30 un pequeño fragmento de la melodía que acompaña al estribillo:

“Tu vas, tu vas et tu viens…”

Primero cantó con Brigitte Bardot y luego con Jane Birkin, quién sería la futura madre de su 
hija Charlotte Gainsbourg, musa de Lars Von Trier. Todos están tan relacionados en 
Francia. Mucho más que con "La teoría de los seis grados de separación" con Kevin Bacon.

Y es así como la pieza de Johann Sebastian Bach mutó en dos pasos de gloriosa y angelical a provocativa y sensual. Muy curioso también… No soy una purista, pero después de todo me quedo con la original. Terminé con una frase cliché. Final feliz.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Diligere y amare: Amor de de Benevolencia y Amor de Concupiscencia

Algunas diferencias entre el Jean Baptiste Grenouille de la novela y el de la película

El desnudo artístico en un mundo asexual