Declaración depresiva escrita a los 21 años

¿La vida es bella?

Me pregunto a mí misma ¿la vida es bella?, sí claro. Puras mentiras. En realidad quisiera decir: Dios mío, qué pesada carga es la vida. Una sucesión continua e infinita de horas muertas, de días y noches vacías, de largos comas mentales.

No importa que tan ocupada o que tan desocupada este ni que tenga un cambio en mi rutina; no importa con cuanto esfuerzo intente aferrarme a los pequeños detalles, a los placeres simples y efímeros; no interesa que tanto exagere los sucesos que se me antojan interesantes, que los estire hasta lo imposible, que los magnifique a más no poder; da igual que siga esperando el amor que nunca llegará, que nunca me llegará. No entiendo de que me sirven las dosis de pastillas antidepresivas que he vuelto a consumir con rigor sacramental. Es como si fuera inmune a sus efectos. 

He notado que hace mucho que no lloro, ¿supuestamente esto puede calificarse como una mejoría? pero a qué precio; a este entumecimiento de los sentidos, de las sensaciones y las emociones, a esta muerte en vida, a este estado neutro.


Podría apelar a los recursos más viles a esos que te brindan las grandes pasiones monstruosas y explosivas que hacen daño pero te hacen sentir viva, podría lanzarme a la espiral de la autodestrucción… pero no soy estúpida, además no me dan las ganas ni las fuerzas y al final daría lo mismo todo absolutamente todo tendría que extinguirse y solo quedaría yo frente a la abrumadora realidad de mi vacío.

Frecuentemente sueño que continuo siendo una colegiala. Asisto al salón de clases y sigo la misma rutina de siempre: finjo prestar atención cuando en realidad sueño despierta con que soy otra persona. A estas alturas de mi vida sigo siendo la misma chiquilla de esos tiempos, continuo conservando esta inocencia inútil, pero cómoda. Aunque está bien, después de todo soy una solitaria innata, una maniaco-depresiva sin esperanza, una irremediable inmadura; esta es mi naturaleza y la soledad eterna es mi destino.

Mi intención tampoco es provocar lástima, solo desahogarme. De vez en cuando está bien si cometo una tontería. Soy como el niño que rompe una ventana y sale corriendo. No quiero asumir mi responsabilidad.

Todos los días son iguales, una copia del anterior con ligeras variaciones pero con el mismo insípido sabor. De veras que sosa existencia, es más que aburrida, más que simple hartazgo. Me siento como una anciana que cierra los ojos y ya siente el peso de sus años y esto desde que tenía dieciséis. Estoy cansada, agotada, no tengo nada que esperar del destino, no tengo sueños ni motivaciones. Que horrible es esta gran farsa a la que le llamo vida y sin embargo, a pesar de todo no quiero morir.


Me limitó a apreciar la belleza sin importar el género. No me interesan las relaciones físicas. Ya hablé mucho de mi vida personal así que no me importa agregar más: Simplemente no me cuesta ser virgen. Así nací, este es mi estado natural. Me siento bien así y no me da la gana dejar de serlo. Tal vez soy asexual.

Debo confesar que no he tenido mi primer beso ni mucho menos pareja. Sí, como dirían los chicos de ahora soy una “forever alone” y por decisión propia. Ha habido unos cinco o seis insensatos que se fijaron en mí. No lo digo con presunción. Pero en realidad... ¿por qué me interesa tanto enamorarme? Será que veo la idea del amor romántico como una especie de salvación o una distracción estimulante. Pero tampoco soy tan estúpida como para enamorarme del primer tipo o tipa que se cruce en mi camino.

A veces, no siempre, solo a veces como esta precisa tarde me pongo a reflexionar sobre todo esto; el resto del tiempo simplemente le soy indiferente y he ahí el secreto de mi aparente estabilidad mental.

Comentarios

  1. No eres la unica persona que se siente , o se ha sentido asi .
    he estado o sigo estando igual que tu , pero aun nos queda un dia mas para luchar y entender que la vida ya no es un dia para nosotros , es solo instantes . coordiales saludos .

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    1. Gracias. Sí, supongo que es como alguien me dijo "cambiar de mentalidad", aunque no es tan fácil llevarlo a cabo.

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  2. Es normal, bastante más de lo que crees, tanto por las calles como encerrados entre cuatro paredes un montón de muertos en vida. La solución a eso es equilibrar lo que piensas, lo que dices y lo que haces. He ahí la receta para mejorar tu persona. Puedes esperar a que fluya los acontecimientos y cuando ocurra algo interesante aprovecharlo o también ver qué quieres hacer y cómo poder realizarlo mediante acciones. Las 2 son factibles, pero recuerda que no esperes nada diferente si sigues haciendo lo mismo.

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