La chica de la bufanda gris

La poesía a la chica de bufanda gris o a al máximo extremo al que puede llegar la atracción estética y sensual de una veinteañera asexual La chica de la bufanda gris, esa mañana... Unos minutos antes de las ocho de la mañana había dejado de lloviznar y las calles del Cercado de Lima estaban empapadas, cuando su aparición fugaz, contundente y celestial irrumpió en mi rutina. Su presencia se inmortalizaría para siempre al doblar una esquina. Sí, mi corazón ya lo había presentido. Allí estaba ella paseando entre los edificios neoclásicos del Centro Histórico, cruzando el paso de cebra, yendo en dirección opuesta a mí o hubiera sido mucho mejor y gratificante decir que a mi encuentro. Entonces verdaderamente empezó la eclosión lírica de mi pensamiento: Era una ninfa del bosque de concreto caminando a paso decidido, su cualidad etérea la hacía casi levitar sobre la acera, un ángel que había descendido desde el precioso cielo gris. Tan fabulosa era que ...